Imaginemos una recta como una especie de alambre infinitamente delgado y perfectamente recto que se extiende sin fin en ambas direcciones.
Súbitamente, cortamos la recta en dos, como si fuera un alambre. Obtenemos, entonces, dos pedazos de alambre que comienzan en una punta y se extienden sin fin... ¿o no?
Veamos el caso con cuidado. Si cortamos la recta en el punto $a$, entonces uno de los trozos tiene al punto $a$ en la punta y el otro no lo tiene. ¿Qué punto tiene en la punta el trozo que no tiene a $a$? Si su punta fuera el punto $b$, entonces $a$ debía estar a continuación de $b$ cuando la recta estaba unida. Pero esto es imposible porque entre todo par de puntos de una recta hay un punto en el medio (densidad), de modo que entre $a$ y $b$ debía haber un punto.
Si seguimos imaginando la recta como un alambre infinito, surge un problema al cortarla: uno de los segmentos resultantes no tiene un punto inicial definido.
Ya es difícil comprender como el alambre puede extenderse infinitamente hacia un lado, pero ¿Qué significaría que el comienzo del alambre no comienza en ningún punto? Acaso comienza en el segundo punto? ¿Cómo concebir segundo punto si no concebimos un primero? No tiene primer punto ni segundo ni tercero ni milésimo ni millonésimo ni enésimo. Empieza, pero no empieza.
¿Qué esta mal, nuestra intuición o el modelo que hemos construido para precisarla? Al precisar nuestra intuición de la recta marchamos hacia un objeto no intuitivo. Parece una contradicción. Un objeto idealizado que no se encuentra en el mundo físico. Peor aún, para expresar la recta sin perder ningún puntito por el medio, es necesario que los infinitos puntos que posee no sean el infinito común y corriente, sino un infinito mayor, el infinito del continuo.
Cantor probó que hay más puntos en la recta que números naturales (uno, dos, tres, cuatro,...), pese a que los dos conjuntos son infinitos. Y al intentar determinar si existe un tipo de infinito intermedio entre el de los números naturales y el de los puntos de la recta (lo que se conoce como Hipótesis del Continuo), nos encontramos con que la teoría de conjuntos no alcanza para decidirlo y debemos agregarlo como axioma; en cuyo caso, no sabemos si agregarlo afirmado o negado, porque no hay nada en la realidad que nos diga cual es el caso. Uf.
Una alternativa es considerar que cada segmento de la recta está formado por una cantidad finita de puntos, tan cercanos que no podemos distinguirlos individualmente, pero que en realidad sí están separados.
Si un segmento de 2 centímetros estuviera formado, en realidad por $10^{100}$ puntos, no veríamos la diferencia con un continuo de puntos (existen menos fotones en el universo observable) pero el simple $\sqrt{2}$, caería en un agujero del segmento y no estaría representado por ningún punto. Y ni hablar de $e$ ni de $\pi$ ni de tantos otros. Un problema.
Parece simple pero muchas veces se transmiten estas idealizaciones matemáticas al plano físico y se supone que la física es realmente eso. Por ejemplo, cuando decimos que entre dos instantes siempre hay un instante en el medio, debemos saber que, al igual que el alambre sin punta, podríamos admitir períodos sin comienzo.
Lo mejor es usar la matemática del punto, la recta o el plano como meras herramientas para describir la realidad, pero saber que son idealizaciones que no existen en la práctica.