Nuestra civilización es inestable. Si midiéramos la probabilidad de que la civilización se extinga[1] durante el siguiente siglo, entonces esta probabilidad es hoy mayor que hace miles de años atrás.
Esto es muy curioso porque la civilización actual ha mejorado todos los números. La esperanza de vida mejoró, los nacimientos exitosos mejoraron, el estándar de vida mejoró, la pobreza disminuyó, la producción de alimentos aumentó. ¿Por qué decimos que ahora sus probabilidades de extinguirse son mayores que antes?
Si revisamos un poco nos damos
cuenta del problema. En el pasado, 2.000
o 3.000 años atrás, las posibilidades de que nuestra civilización se extinga
durante el siguiente siglo dependían casi exclusivamente de la colisión de un
gran meteorito contra la Tierra. En el presente, el evento es el mismo, las
posibilidades de que ocurra son más o menos las mismas, pero se ha agregado un
episodio nuevo muy negro, que ahora está y antes no estaba: La detonación de
todo el armamento nuclear existente.
Al respecto hay varias cosas que
decir.
1. Si se detonan todas las armas
nucleares, se extingue la civilización. Esto se mostró en varios artículos,
viendo el modo como se comportaba el clima en dicho escenario.
2. La probabilidad de que todo el
armamento detone en el siguiente siglo, es mayor que la probabilidad de que
caiga un meteorito en el siguiente siglo y extinga la civilización. Y la
probabilidad de que ocurra una cosa o la otra, es aún mayor. Esa es la
probabilidad actual.
3. La probabilidad de detonación
de armas nucleares aumenta con el tiempo: La probabilidad de que aparezca un
loco es menor en 100 años que en 200 y aún menor que en 500. En 1.000 años, la
probabilidad es alta.
4. La cantidad de armas nucleares
tiende a aumentar con el tiempo y la cantidad de países con armas nucleares
también tiende a aumentar.
5. Los tratados de no proliferación son inestables: Los actores más peligrosos se pueden ir del acuerdo en muy poco tiempo.
5. Los tratados de no proliferación son inestables: Los actores más peligrosos se pueden ir del acuerdo en muy poco tiempo.
Es un hecho consistente (aunque
no evidente) que nuestra civilización está atravesando en la actualidad un
período inestable. Pero ¿qué es lo que genera esa inestabilidad?
La respuesta es simple: La tecnología. Lo que existe ahora y no existía antes es nuestro conocimiento y nuestra capacidad para arrancar la energía de los átomos. Y este conocimiento nuevo genera una responsabilidad y un cuidado nuevos que aun no hemos construido. La inestabilidad la genera esta simbiosis entre la civilización y su tecnología.
La respuesta es simple: La tecnología. Lo que existe ahora y no existía antes es nuestro conocimiento y nuestra capacidad para arrancar la energía de los átomos. Y este conocimiento nuevo genera una responsabilidad y un cuidado nuevos que aun no hemos construido. La inestabilidad la genera esta simbiosis entre la civilización y su tecnología.
La pregunta no es ingenua, como
lo demuestra esta otra: ¿Es este choque un fenómeno especial de nuestra
civilización o es común a todas las civilizaciones inteligentes cuya evolución
imaginemos? ¿Debemos esperar que todas las civilizaciones desarrollen tecnología hasta tener que
adaptarse a ella en algún punto?
Si la respuesta fuera afirmativa,
entonces estaríamos frente a una inestabilidad presente en la historia
evolutiva de toda civilización que no se extinga frente a ella. Entonces, todas
las civilizaciones tecnológicas ya estabilizadas tendrían rasgos en común, como
por ejemplo, el conocimiento para arrancar energía de los átomos, entre muchos
otros.
Pero además, si una civilización
se adapta a sí misma y logra perdurar unos miles de años después de la
adaptación ¿Qué cosas podrían matarla en el futuro? ¿Cuál sería su longevidad?
Siempre quedan preguntas por
responder.
[1] La extinción de la civilización (con
supervivencia de la especie inteligente) debe definirse con cuidado. Implica al
menos una dramática reducción de la población y el conocimiento.